El 2020 fue uno de los años más atípicos que hemos vivido como individuos, familia, sociedad y organizaciones. Materializó la conocida frase de “lo único constante es el cambio”, puso en jaque todo lo conocido y nos obligó a cambiar nuestra forma de vivir, trabajar, educar y aprender. Durante muchos años la educación y las organizaciones se centraron en las habilidades técnicas o “habilidades duras” de los individuos, lo que los convertía en excelentes profesionales y los más elegibles dentro del mercado laboral. Sin embargo, el paso del covid-19 por el mundo ha hecho aún más evidente la necesidad imperante de sopesar el conocimiento y la experiencia con la actitud, que no es otra cosa que el desarrollo de las habilidades blandas.
Habilidades que en la crisis se hicieron más ineludibles, pues la adaptación al cambio, la comunicación asertiva, la resiliencia, la inteligencia emocional y el trabajo en equipo, entre otras, se convirtieron en habilidades preponderantes en medio de la virtualidad.
No podemos negar que muchas organizaciones sobrevivieron a este desafío gracias a su capital humano. El talento es uno de los activos más importantes de las empresas, pues son ellos los capaces de crear soluciones a velocidades vertiginosas en economías cambiantes que permiten la sobrevivencia e incluso el crecimiento exponencial de las organizaciones.
Según una encuesta realizada por el Foro Económico Mundial a empleadores de América Latina, las habilidades blandas al momento de la contratación son valoradas un 51 % mientras que las habilidades técnicas específicas un 49%.
Para enfrentar el 2021 con todos los desafíos económicos y competitivos del mercado laboral, será necesario estar fortalecidos como profesionales y organizaciones en:
Habilidades blandas, el componente clave en la triada del éxito
No nos es ajeno el término de coeficiente intelectual (IQ), durante mucho tiempo se creía que aquel que tuviera un IQ alto, tendría el éxito asegurado, sin embargo, estudios e investigaciones han demostrado que para lograr el éxito se necesita también del coeficiente emocional (EQ), que le dará al individuo las herramientas necesarias para desarrollar habilidades socio-emocionales que le permitan avanzar en diferentes campos. Hoy se suma a la triada del éxito con mayor fuerza, el coeficiente de adaptabilidad (AQ) que es el desarrollo de cualidades como la capacidad de cambiar y de prosperar en entornos de cambio frecuente. En este orden de ideas el IQ ayudará a conseguir el trabajo pero el EQ y AQ garantizarán el éxito perdurable en él.
Reciclaje profesional, alternativa para superar la crisis
La crisis ha hecho que el mercado laboral esté en constante transformación, por lo que para el 2021 se espera que muchos profesionales se vean obligados a reorientar su carrera a través de la formación, lo que se conoce como “reciclaje profesional”. La educación continua sigue siendo el aliado perfecto para estos profesionales, pues asegura la adquisición y desarrollo de habilidades duras y blandas en corto tiempo. Dentro del desafío que será el 2021 anticiparse a las necesidades de cada sector será imprescindible para sobresalir en el mercado.
Tecnología, el mejor aliado en desarrollo de nuevas habilidades
La tecnología hoy por hoy se ha convertido en el mejor aliado para mantener la conexión personal y laboral. La formación de habilidades también se ha visto beneficiada por esta mediación, pues el aprendizaje apoyado en plataformas virtuales permite la búsqueda constante del conocimiento, de nuevas habilidades y de entrenamiento, con un mejor equilibrio entre las clases y la vida personal y familiar.
La Dirección de Educación Continua de la Universidad Central se ha caracterizado por formar con la más alta calidad en habilidades blandas y duras a profesionales y organizaciones. Cuenta con un portafolio que responde a los nuevos modelos de transformación educativa no formal; a través de una oferta académica con programas que entrenan, desarrollan y fortalecen los conocimientos y las habilidades socio-emocionales de los individuos.
Nuestro compromiso para el 2021 es seguir apostándole a la formación de nuevos conocimientos, desarrollo de habilidades y reconocimiento de la experiencia de los profesionales y las organizaciones del país. La Universidad Central seguirá trabajando por ser una institución capaz de asumir una gran diversidad de conocimientos y aplicarlos a la solución de los problemas de la nación, con rigurosidad, exigencia académica y vocación de servicio a la sociedad.
Por Germán Cruz Lasso, Director de Educación Continua de Universidad
Central.
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