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Por: Laura Zoar Blanco Adarve

Recordar: un buen ejercicio para el corazón

Recordar viene del verbo latino recordari, que significaba traer a la memoria, recordar o evocar, y su composición revela las ideas que se tenían en la antigüedad sobre la ubicación de la mente y las emociones en el cuerpo humano.

Veamos su composición:

Re-

Este prefijo, que aún se encuentra en muchas palabras del español, transmite la idea de repetición (hacer algo de nuevo) o de volver hacia atrás, por ejemplo en ‘reponer’, volver a poner algo, o en ‘retornar’, hacer que algo retroceda.

cordis

Sustantivo utilizado por los romanos para designar el corazón, el afecto, el talento, la inteligencia o el pensamiento y, también, el estómago. Probablemente derivado del griego καρδια (kardía), que tenía significados similares. Ambos términos muestran relación con la raíz indoeuropea kerd, corazón.

También se derivan de cordis ‘concordar’, ‘acordar’ y ‘discordia’.

Así, de acuerdo con su etimología, recordar significa volver a pasar por el corazón o por la mente.

El origen de la palabra ‘recordar’

En la antigüedad, la noción de que la razón reside en la cabeza y las emociones en el corazón no estaba tan acentuada como hoy en día, de hecho, griegos y romanos consideraron al corazón como el órgano más importante del cuerpo (aquel que generaba e impulsaba el calor y la sangre) y al mismo tiempo como el lugar donde residían los afectos, algunos rasgos del carácter como la inteligencia o el talento, y se asentaban la mente y los pensamientos.

Siglos IV a. C.-III d. C.

La primera documentación de la palabra recordar en lengua castellana, se encuentra en la obra del poeta español Gonzálo de Berceo (c. 1198-1264), veamos: “si oyé razón buena bien la sabié tener, / recordávala siempre, non la querié perder” (S. Dom., 16b).

Siglo XII

Durante este periodo predominó en las lenguas romances un uso de la forma reflexiva del verbo, es decir, aquella en la que la acción recae sobre el mismo sujeto que la realiza, de manera que surge la forma recordarse que sobrevivió en el habla popular más que en la lengua escrita.

Recordarse también se interpretó como ‘volver en sí’ y se emplea aún en varios lugares de España y América como ‘despertar’ o ‘salir del sueño’.

Siglos XV-XVI

Datos curiosos

En portugués saber algo de memoria es conocerlo de cor, lo que en francés es par coeur y en inglés, by heart. La palabra con la que designamos las marcas o mejores resultados en deportes u otras actividades de carácter competitivo, ‘récord’, pasó al español como una palabra de origen inglés también proveniente de recordari.

Referencias

✒ Corominas J., y Pascual A. (1980). Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico. España: Editorial Gredos S. A.

✒ Alonso. J. ¿En la cabeza o en el corazón? Unidiversidad. Consultado en http://jralonso.es/2011/07/27/%C2%BFen-la-cabeza-o-en-el-corazon/

✒ Zalaquett, R. Y de cómo el corazón se convirtió en el centro de la vida y de la espiritualidad. Ars Medica. Revista de Estudios Médico Humanísticos. Pontificia Universidad Católica de Chile. Vol. 14. Consultado en http://escuela.med.puc.cl/publ/arsmedica/ArsMedica14/ComoCorazon.html

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